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octubre 01, 2018
Se dice que existen dos tipos de personas en este mundo, los que se enamoran de la primera persona con la que pasan la noche y los que pueden regalar mil noches a distintas personas y seguir con su vida.
Si bien ambos tipos de personas están en todo su derecho de sentir (o no sentir) lo que quieran; en ocasiones -más seguido de lo que crees- los dos tipos de personas se “mezclan”, desembocando un incómodo y a veces doloroso malentendido.
En estos tiempos más que nunca es de vital importancia conocer las diferencias entre sexo y amor, no sólo para aprender a identificar qué clase de persona eres sino también para que puedas tomar una decisión consciente cuando te encuentres en cualquier situación.
Así que, sin mayor preámbulo, estas son las diferencias entre el amor y el sexo. ¡Descubre qué motiva a ambas!
Esta pregunta va a parecer de primaria, y aunque parezca ridículo, en verdad es importante definir el sexo antes de adentrarnos más en el tema. Desde un punto de vista fisiológico, el sexo -o acto sexual- es el conjunto de actividades, comportamientos y/o actitudes meramente relacionados con el placer sexual. Como esta definición bien lo indica, tener sexo es un deseo meramente físico, fisiológico.
Básicamente el cuerpo está pidiendo contacto íntimo con otro cuerpo, sin importar mucho quién sea. El lenguaje corporal que se presenta durante el sexo busca desesperadamente excitar a la contraparte, y una vez que se comienza se busca únicamente encontrar la estimulación y el clímax propios, por lo que se dice que es un acto un tanto egoísta. Cuando dos personas buscan tener sexo, este se puede dar en prácticamente cualquier momento y como un medio de distracción o desahogo.
Si, hacer el amor también puede ser inesperado, desestresante y hasta un poco animal. Pero existen varias cosas que convierten el sexo en amor. A diferencia del sexo, hacer el amor es un acto en donde ambas personas buscan encontrar una conexión profunda que encienda sus emociones como pareja, llevándolos a unir cuerpo y mente.
Hacer el amor puede hacerte olvidar tu lado egoísta y enfocarte en darle placer a tu pareja, disfrutando el acto de una manera completamente diferente. Si recuerdas con detenimiento en tu vida, notarás que hacer el amor es un acto donde deseas pasar la mayor cantidad de tiempo posible unida a tu pareja, compartiendo no sólo contacto físico sino palabras y pensamientos.
Hacer el amor requiere un nivel de intimidad mucho más elevado por ambas partes de una pareja, pues no sólo es exponer el cuerpo sino dejar los sentimientos a flor de piel.
Como mencionamos más arriba, es sumamente común que se den malentendidos entre dos personas cuando se trata del tema de la sexualidad. Y es que lo que para uno puede significar hacer el amor y conectar como pareja, mientras que para el otro simplemente han sido unas divertidas sesiones de sexo sin compromiso.
Es por eso que es de suma importancia que aprendas a diferenciar el sexo del amor, es por tu salud emocional. Aunque no tiene nada de malo (e incluso aplaudimos) el buscar conocer a tus parejas en el ámbito sexual antes de sentar cabeza; esto no quiere decir que debas ir enamorándote de cada uno de ellos, arriesgando en cada oportunidad tu corazón.
Resguarda tu autoestima, tu orgullo y tu salud mental aprendiendo a identificar cuándo fue sólo sexo y cuándo se sintió como “algo más”.
Para diferenciar el sexo del amor, existen varios elementos involucrados, a los que debes mantenerte alerta sin dejar que te gane la emoción:
Este punto es completamente íntimo, a menos que la otra persona te deje bien claro lo que busca de ti, pero es un buen punto de partida para identificar el sexo del amor.
Si al pensar en la otra persona y la idea de que tengan relaciones sexuales, lo único que te despierta es placer, un instinto animal y un poco de orgullo, como si la persona fuera un trofeo; lo más probable es que esto sea solamente sexo.
En cambio, si cuando piensas en tener relaciones sexuales con esa persona no puedes contener la sensación de mariposas en el estómago, tienes ganas de llenarlo de apapachos, piensas en maneras de darle la mayor cantidad de placer y ansías el momento de acurrucarse casi tanto como el sexo mismo, parece ser que el amor ha hecho presencia en la cama.
Otro punto clave que puede decirte mucho más de lo que imaginas sobre tu relación (o supuesta relación). La manera en la que el juego previo haga presencia en su vida sexual es determinante.
En una relación donde existen sentimientos el juego previo tiende a ser mucho más extendido, pues ambos están buscando maneras originales de provocarse e incluso este juego previo se extiende a su vida cotidiana, no se limita a la habitación.
En el sexo, el juego previo es mucho más breve porque ambas partes saben exactamente a lo que van, viendo las caricias y los besos inocentes como una mera distracción del “platillo principal”.
Ya que el juego previo es más en favor de la pareja que de uno mismo, no es tan necesario en un encuentro meramente sexual, por lo que en muchas ocasiones ni siquiera se da. (OJO: También hay parejas estables donde el juego previo está de más, como en todo es cuestión de gustos.)
Las expectativas pueden ser muy diferentes en una relación con amor y un encuentro sexual.
Ya que tener sexo es un acto basado de manera casi instintiva en las apariencias y en la química del momento, es lógico que uno espere que la otra persona esté “a la altura de las circunstancias” y le entregue una noche increíble y divertida.
Esto se debe a que, como mencionamos, tener sexo es un acto enfocado en encontrar el placer propio sin pensar mucho en el de la otra parte.
Cuando se hace el amor, no es que las expectativas desciendan, más bien se enfocan en un aspecto diferente.
Más allá de buscar tener una noche placentera, al hacer el amor se espera fortalecer cada vez más la relación emocional, hacer sentir al otro querido y seguro y que ambos se sientan cómodos.
Uno de los aspectos más interesantes que separan el sexo del amor es la comunicación. Ya que hacer el amor implica un mayor nivel de confianza, la comunicación es mil veces más efectiva.
Una pareja estable o enamorada puede comunicar de manera más efectiva lo que les gusta, lo que no les gusta, lo que desearían hacer o recibir, etc.
Cuando dos personas tienen sexo pueden tener la comunicación básica para no convertir la experiencia en algo negativo, pero no hay suficiente tiempo ni interés para complacer totalmente al otro.
Otro tipo de comunicación en la que nadie piensa es en la no verbal. Dos personas enamoradas son naturalmente mucho más sensuales y sus movimientos están cargados en iguales partes de sensualidad y ternura; mientras que el sexo es más brusco.
Hemos discutido en varias ocasiones la conexión entre dos personas que tienen sexo o hacen el amor. Y es que una cosa es la química que nace entre dos personas que se acaban de conocer y se encuentran mutuamente atractivas, y otra muy diferente es alcanzar esta conexión física y mental que no se da tan seguido en la cama.
Cuando dos personas tienen sexo la conexión se enfoca a que ambos alcancen una liberación satisfactoria, ya sea de un día estresante, una situación tensa o cualquier emoción negativa.
Cuando dos personas hacen el amor la conexión alcanza niveles superiores, a tal grado que es más fácil alcanzar el orgasmo.
Tal como lo mencionamos anteriormente, hacer el amor conlleva su tiempo. Dos personas enamoradas invierten su tiempo en seducir, acariciar, suspirar y hacer sentir querido.
El sexo es meramente la culminación de todo un acto de sensualidad y en muchas ocasiones no termina ahí, pues viene acompañado de más caricias y muestras de afecto después de hacer el amor.
En cambio, cuando dos personas tienen sexo buscan de manera rápida y desesperada llegar al acto principal, y al finalizar cada quién puede volver a su vida normal sin culpa alguna.
El tiempo que la otra persona invierte en ti y la velocidad y ritmo con que lo hacen pueden decirte mucho acerca de sus intenciones.
Por último, queremos recalcar que ninguno de los dos actos es mejor, ninguno es más recomendado que el otro.
Cada persona es completamente libre de poder practicar el sexo o el amor de la manera que mejor le plazca y lo haga sentir pleno.
Lo verdaderamente importante es que descubras bajo qué circunstancias se da cada situación y que aprendas a diferenciarlas
Cuida tus emociones y no te dejes llevar por algo que para la otra persona tal vez solo es una divertida aventura pasajera, asimismo aprende a descubrir cuando la otra persona está desarrollando sentimientos y tal vez tú no los compartes.
¡Nunca sabes cuándo estarás del otro lado!
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