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En 1948, el sexólogo y zoólogo estadounidense, Alfred C. Kinsey, desarrolló la Escala de Calificación Heterosexual-Homosexual, conocida como Escala de Kinsey.
La escala iba desde el número cero (completamente heterosexual) hasta el 6 (completamente homosexual). El número 3 representaba a las personas que eran tanto homosexuales como heterosexuales y había una X para representar a quienes se consideraban asexuales.
La Escala de Kinsey no fue diseñada para determinar la orientación sexual de la persona, ni tampoco para marcarlas exclusivamente como heterosexual, homosexual o bisexual, ya que el investigador y su equipo consideraban que la sexualidad no era algo estático, sino que podía cambiar desde el momento del nacimiento hasta la muerte de la persona.
La herramienta sirve como un proceso de autoevaluación basado en la experiencia individual, pero puede variar con el paso del tiempo y a medida que se va desarrollando la sexualidad de cada persona.
Punto y aparte. Para quienes deseen conocer más sobre esta historia y su investigador, las invito a ver la película “Kinsey” (2004), protagonizada por Liam Neeson en el papel de Alfred C. Kinsey.
Encontrar la respuesta sobre las preferencias sexuales no es tarea fácil. Es un proceso de análisis interno muy complejo, que pasa por el difícil proceso de romper barreras y estar por encima de los prejuicios que aún hoy en día se manifiestan en la sociedad y que señalan de forma inquisitoria a quienes son parte de la comunidad LGBT.
Acá no estamos para hacer juicios de valor. Al contrario. Nuestro deseo es ayudar a que cada quien viva su vida como mejor le plazca, sin hacerse daño ni a terceras personas. Para ello te queremos ayudar en tu orientación y encontrar la respuesta a la pregunta: ¿Cómo saber si soy lesbiana o bisexual?
Muchas son las historias de chicas que desde muy temprana edad han manifestado sentirse atraídas por personas de su mismo sexo. En ese proceso de búsqueda, no han dejado de probar otras experiencias que les ayuda a encontrar respuestas sobre su sexualidad.
A pesar de su atracción hacia otras mujeres, no han dejado de experimentar el poder tener relaciones sexuales con otros hombres. En algunos casos, esto ha traído mucha más confusión porque entran en juego una serie de dudas e interrogantes que hacen más complicado definir hacia dónde nos debemos orientar.
Por ejemplo, una chica que se siente atraída hacia otras mujeres, pero que ha tenido relaciones sexuales con hombres, no necesariamente significa que sea bisexual. Inclusive, no les gusta ser etiquetadas como tal porque quizás no ha logrado definirse bien.
Sin importar la edad que tengas, y tomando en cuenta las teorías de Kinsey, que consideraba que el tema de la sexualidad no era algo estático, sino que podía variar, intenta responder con sinceridad estas preguntas.
Puede que las respuestas no marquen una tendencia definitoria, pero comenzar a buscar estas respuesta puede ser el inicio de un proceso que no es fácil, pero tampoco tiene porqué ser traumático.
Antes de seguir avanzando en encontrar la respuesta a la pregunta de si soy lesbiana o bisexual, intentemos entender qué es la sexualidad o la orientación sexual.
La sexualidad se refiere a quién es la persona que te atrae, ya sea de modo romántico o sexual. También se refiere a con quién mantienes relaciones íntimas y en qué tipo de actos sexuales participas. Pero también se refiere a cómo te defines: lesbiana, bisexual, heterosexual, etc.
La sexualidad es algo muy personal y no existe un patrón definido de lo que está bien y lo que no. Por ejemplo, puedes ser mujer, que se siente atraída por mujeres, que a su vez tiene relaciones sexuales con mujeres y se define como lesbiana.
Pero también puedes ser una mujer que se siente atraída por hombres, tiene relaciones sexuales con hombres, te defines como heterosexual y en ocasiones has tenido encuentros con otras mujeres, sin necesidad de que eso te defina como bisexual.
También puede ser algo que genera mucha confusión. Si eres una mujer joven, que nunca ha experimentado una relación sexual, comienza por tratar de conocerte a ti misma, cuáles son tus gustos, tus preferencias, tus necesidades.
Busca ayuda de alguien cercano que te entienda (un familiar o amistad), pero, lo más importante, es que busques ayuda profesional. La comunicación es la clave.
Recuerda que esto es un asunto importante. No se trata de una carrera contra el tiempo y que debes de tomártelo con calma antes de decidir con qué te sientes cómoda.
En muchos casos, lo más recomendable es experimentar (de forma sana) y probar tener relaciones con personas del sexo opuesto o con otras mujeres, para así entender con qué te sientes más cómoda.
Si bien como te dijimos lo mejor es buscar ayuda profesional para una mejor orientación, te daremos algunas pistas para definir si eres lesbiana. No son definitivas ni tampoco definitorias, pero esperamos a que por lo menos te aclaren un poco las dudas.
Disfrutas mucho estando en compañía de otras mujeres, ya sea para conversar, salir a pasear, ir al cine, tomarse un trago o cualquier otra actividad social. Y si sales con un chico, estás más pendiente de llegar pronto a casa para llamar a esa amiga especial para contarle cómo te fue, antes de estar pendiente de volver a salir con él. También te gusta estar con otros chicos, pero, por lo general, suele ser alguien muy sensible que puede ser gay.
Cuando sales, y casi que de forma instintiva, estás más pendiente de las mujeres que te rodean. De la forma cómo lucen, de su rostro, de su cuerpo. Es mucho más importante para ti que ver si hay algún hombre cerca. Llegas a estar tan pendiente de las mujeres, que incluso cuando estás viendo una película, ya sea en el cine o en la televisión, te llama más la atención la protagonista de la cinta antes que el galán de la cinta o serie de TV.
Las personas que tienen bien definida su sexualidad, no suelen cuestionarse sobre la misma. Preguntas como “¿soy lesbiana?”, “¿soy bisexual?” o “¿soy heterosexual?” no suelen estar presente en su mente, por lo que debe ser una señal de alerta si te estás haciendo estos cuestionamientos.
Aunque no es estrictamente necesario el haber besado a otra mujer o haber tenido relaciones sexuales con ella para saber si eres lesbiana, si se da el caso y te has sentido a gusto, es una señal muy importante de que te sientes atraída por otras chicas y eso es un gran avance.
Inclusive si has salido con un hombre después de haber estado con otra mujer, el sólo hecho de experimentar mantener una relación sentimental con alguien de tu mismo sexo es una clara señal de que lo puedes volver a repetir y que puede que seas lesbiana.
Pero, ¿qué pasa si las señales anteriores no te han sucedido o no son definitorias? ¿Qué pasa si tampoco estás segura de que eres una mujer heterosexual? ¿Podría ser, entonces, que las señales que estás recibiendo es de que eres bisexual? Acá te presentamos algunas de ellas.
Si es hombre o mujer, no importa. Para ti, lo verdaderamente trascendental y valioso es cómo te hace sentir esa persona sin importar su género. Esto no es una respuesta definitiva, pero puede ser el inicio para comenzar a definir tus preferencias sexuales.
Una cosa son las preferencias sexuales y otra son las románticas. Puede que una chica te atraiga desde el punto de vista romántico y un chico te atraiga desde el punto de vista sexual… O viceversa. La ciencia no es exacta en este aspecto.
Puede que todo el tiempo hayas estado con un chico (sexualmente y sentimentalmente). A pesar de ello, te cuestionas sobre tus sentimientos, gustos y deseos. Esto es completamente normal y es una situación que se irá normalizando con el paso del tiempo y una vez que vayas definiendo bien lo que quieres.
Cuando alguien te gusta, te puede generar esas sensaciones que llaman “mariposas en el estómago”, que son normales cuando conocemos a alguien nuevo. El “problema” surge cuando el sentimiento se profundiza y más bien sentimos que nos hemos enamorado de una persona del mismo sexo. A la larga, puede que el asunto no resulte en nada, pero ya el sólo hecho de que haya sucedido es una señal de que algo está sucediendo.
Siempre intentamos recalcar en nuestros artículos la importancia de la comunicación. Lo primero, cuestionarte, hacerte preguntas y buscar respuestas, en especial, buscarlas (y encontrarlas) en las manos de una persona especializada en estos temas.
Tómate tu tiempo, no te apresures. Es tu vida, es tu futuro y sentirte bien contigo misma es lo más importante.
Al tratar sobre BDSM lo más probable es que algunas personas se dejen llevar por su mala reputación y sus miles de conceptos
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